La deuda estudiantil está aplastando las vidas de millones de estadounidenses. ¿Cómo es posible que podamos obtener una hipoteca o comprar un automóvil con tasas de interés a la mitad de las que se pagan por los préstamos estudiantiles? Debemos hacer que la educación superior sea asequible para todos. Debemos reducir sustancialmente las tasas de interés de los préstamos estudiantiles. Esto debe ser una prioridad nacional.
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