La evidencia de este derecho natural [de expatriación], como la de nuestro derecho a la vida, la libertad, el uso de nuestras facultades, la búsqueda de la felicidad, no se deja a las investigaciones débiles y sofísticas de la razón, sino que está impresa en el sentido de cada hombre. No reclamamos estos derechos bajo las cartas de reyes o legisladores, sino bajo el Rey de Reyes.
— Carta a John Manners sobre el derecho a moverse libremente [1817]