Los principios sobre los que nos comprometimos, de los cuales la carta de nuestra independencia es el registro, fueron sancionados por las leyes de nuestro ser, y solo los obedecimos al seguir invariablemente el curso que llamaron. Finalmente resultó en ese estado inestimable de libertad que solo puede asegurar al hombre el disfrute de sus derechos iguales.
— A los Republicanos de Georgetown [1809]